
En el acto de Avellaneda la vicepresidenta realizó un discurso sobre la situación política y económica. En el mismo hay aspectos interesantes para debatir como las causas de la inflación, el problema de la concentración económica, el condicionamiento de la deuda, etc.
Al final del discurso y en relación al trabajo, Cristina Fernández cuestionó el rol de las organizaciones sociales. Se desconoce el gran trabajo que vienen haciendo los movimientos sociales, sosteniendo comedores comunitarios, impulsando unidades productivas, enfrentando las situaciones de violencia de género, el flagelo de las adicciones, y organizando a los barrios para enfrentar la difícil situación social y económica que se vive día a día. Esta organización fue la base de la enorme red solidaria que permitió enfrentar la pandemia. Pero sobre todo, subestima el rol político que han asumido los movimientos sociales para conformar el Frente de Todos expresando la voz de los más humildes en su lucha por Tierra, Techo y Trabajo, que los hace imprescindibles en el debate de una Argentina soberana y con trabajo productivo.
Las organizaciones sociales no han sido las inventoras de los planes sociales, estos aparecieron como consecuencias de las políticas neoliberales, de la brutal desocupación que trajeron aparejadas las privatizaciones y la apertura económica de los noventa que golpeó severamente la industria nacional.
Los voceros de Juntos por el Cambio difunden que el problema de la Argentina son los planes sociales. Esconden que han sido sus políticas de ajuste y entrega las que incrementaron la desocupación y que hoy vuelven a impulsar. Los programas sociales como el Potenciar trabajo representan el 1% del presupuesto nacional y si se incluyen AUH, tarjeta alimentar, se llega al 4%.
Sin embargo, los gastos por intereses y capital de la deuda externa alcanzan históricamente un 10% del presupuesto nacional. Los bancos y grupos especulativos fugaron cerca de 87 mil millones de dólares (dos presupuestos nacionales) durante el gobierno de Macri y nos endeudaron en 45 mil millones de dólares. Y se podría seguir con el negociado de las grandes exportadoras e importadoras, la usura de los bancos y la especulación con las Leliq, el verdadero costo del barril de crudo y el subsidio a las petroleras, etc. La pregunta entonces es ¿quién vive del estado?
Los programas sociales no son la solución de fondo a la falta de trabajo, pero para los que no llegan a fin de mes y pelean contra el hambre todos los días, son una gran ayuda para enfrentar las graves emergencias sociales.
De los 20 millones de ocupados que hay en Argentina, 5 millones son trabajadores no registrados que no tienen ningún tipo de derecho laboral, que cobran los salarios más bajos, y trabajan en las condiciones más vulnerables. Además, hay casi 3 millones de cuentapropistas informales que busca sobrevivir. Esta grave situación no se resolverá con programas sociales, sino que requiere de políticas estructurales que impulsen el empleo y el trabajo formal.
Para impulsar una verdadera política de trabajo es necesario terminar con las condiciones estructurales que generan y aprovechan el trabajo informal y precario. ¿Es posible impulsar el trabajo formal si no se cambia con el modelo de país agroexportador que traba la industrialización y la sustitución de importaciones? ¿es posible terminar con el hambre y desnutrición si los alimentos que producimos están determinados por la exportación y atados a los precios internacionales?¿es posible impulsar un desarrollo nacional y soberano, si nuestras riquezas y empresas estratégicas están en manos de capitales extranjeros concentrados?¿es posible impulsar el desarrollo de los pueblos y economías regionales, si las tierras y el mercado están en manos y regulado por un puñado de terratenientes y monopolios?¿es posible invertir en obras indispensables para el desarrollo y el trabajo, si nuestros recursos y fondos se fugan al exterior por deudas fraudulentas y negocios especulativos?
Es posible generar millones de puestos de trabajo, pero es necesario cambiar las políticas de fondo que permiten que unos pocos concentran la riqueza a costo de la desgracia de la inmensa mayoría del pueblo. Para esto es necesario impulsar un proyecto de país soberano que recupere nuestras riquezas nacionales, impulse la industria nacional y la agricultura vinculada al mercado interno. Son políticas como las que hemos presentado en el proyecto de Tierra, Techo y Trabajo.
Ante la avanzada de los sectores que critican la situación no para mejorarla sino para profundizar su crisis: buscan terminar con los derechos laborales y sociales, volver a las privatizaciones, aumentar la edad jubilatoria, arancelar la educación y la salud, dolarizar la economía, etc; ante esta avanzada es fundamental la unidad de las fuerzas y sectores del campo popular y del Frente de Todos para luchar por medidas de emergencia que busquen resolver las grave crisis, impulsando un proyecto de desarrollo nacional y soberano.
CCC – PTP – PCR MENDOZA


