La lucha contra la megaminería en Mendoza

Desde que el gobernador Cornejo envió a la Legislatura provincial el proyecto de aprobación del emprendimiento megaminero San Jorge (ver HOY 2088), Mendoza atraviesa una verdadera pueblada por el agua y contra el saqueo.
Venimos de semanas de intensas protestas: concentraciones frente a la Legislatura durante el tratamiento en ambas cámaras; cacerolazos en distintos departamentos, especialmente en el Valle de Uco y el Sur provincial; múltiples puntos de reclamo en Guaymallén, Capital y la zona Este; el importante ruidazo del martes 2/12, que reunió cerca de 10 mil personas; la enorme vigilia del día 8 por la noche, previa al tratamiento en el Senado; y las históricas caminatas y caravanas desde Uspallata y el Valle de Uco, de más de 100 kilómetros, bajo el lema “La ruta de San Martín no será la ruta del saqueo”.
Todas estas acciones confluyeron en la jornada del 9, que fue verdaderamente histórica, federal, masiva y multisectorial. Resultó profundamente emotiva la llegada simultánea de las caravanas de Uspallata, el Valle de Uco y el Este al corte que se realizaba en el nudo de la Costanera, principal ingreso a la ciudad de Mendoza. Desde allí, las columnas se dirigieron a la Legislatura provincial, donde se debatía la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto.

Votos de la élite, rechazo del pueblo
El gobernador, de la mano del gobierno nacional de Milei, logró imponer la aprobación mediante acuerdos por arriba. De los 38 senadores, el oficialismo y sus aliados contaban con mayoría: 19 de Cambia Mendoza, 1 del PD Libertario y 7 de Unión Mendocina con base en el PRO. La oposición, que reunía 11 bancas (9 del PJ/Fuerza Patria, 1 de Encuentro Peronista y 1 del Partido Verde), terminó dividida.

Votaron en contra los cuatro legisladores más cercanos al kirchnerismo, el Partido Verde y una senadora de Unión Mendocina. En cambio, cinco legisladores del PJ, vinculados principalmente a algunos intendentes, votaron a favor del proyecto. Esta decisión generó un profundo cuestionamiento interno en el PJ y Fuerza Patria, por su complicidad con el proyecto de Cornejo y Milei. Al mismo tiempo, incluso intendentes radicales, como el de Junín, comenzaron a cuestionar públicamente el proyecto y al propio gobernador.
La aprobación en el Senado desató una enorme indignación popular. El acampe frente a la Legislatura se movilizó por las calles céntricas y se convocó a un nuevo ruidazo esa misma noche. Esta protesta se convirtió en una de las movilizaciones más grandes de la historia mendocina: se estima una extensión de más de 15 cuadras. Se destacó especialmente su carácter autoconvocado, popular y multisectorial.


Desde entonces, Mendoza vive un clima de efervescencia permanente. Se realizaron concentraciones, asambleas, volanteadas, movilizaciones y cacerolazos en la mayoría de los departamentos y localidades. Hubo cortes de ruta en Uspallata, grandes marchas en General Alvear, San Carlos, San Rafael, Tunuyán, Tupungato, Luján de Cuyo, Lavalle, entre otros puntos. En la ciudad de Mendoza se registraron protestas casi a diario. Aunque es imposible contabilizar con precisión, han sido decenas de miles los mendocinos movilizados.


Represión, extorsión y calumnias
Tras la aprobación, el gobernador, en complicidad con los medios hegemónicos, intensificó una campaña de desprestigio contra la protesta social. Ningún medio dominante dio cuenta de la gigantesca movilización del martes por la noche. Por el contrario, reforzaron su rol desinformador y tergiversador. El canal del grupo Vila-Manzano, por ejemplo, sostuvo: “Perdió el fantasma de que con presión y violencia puede torcerse lo que votó la gente y lo que dicen las instituciones”.
Sin embargo, la protesta sacudió al gobierno, que es consciente del profundo rechazo popular que generó la medida. Teme que vuelvan a emerger los fantasmas de la rebelión del 2019, capaces de frenar su proyecto extractivista. En ese marco, el gobierno salió a pedir “calma” y “tranquilidad”, prometiendo supuestos “controles estrictos” y reforzando un discurso entreguista basado en falsos beneficios.


Paralelamente, se profundizó la represión. Se desplegaron grandes operativos de las fuerzas de seguridad: vallados en la Legislatura, presencia de infantería, policías motorizados y efectivos armados con armas largas, además de provocaciones e infiltrados. El día 11 se llevó adelante una verdadera razzia, con la detención de 13 manifestantes, entre ellos dos periodistas. También fueron detenidas cuatro personas por pintar un mural en defensa del agua.
Mucho en juego y final abierto
En un contexto de inestabilidad económica, nuevo endeudamiento y fuga de capitales, el proyecto megaminero constituye uno de los pilares del plan económico del gobierno de Milei. Para ello, se avanza en la modificación de la Ley Nacional de Glaciares, incorporando la figura de “zonas periglaciares” con el objetivo de habilitar la explotación minera a gran escala en esas áreas.

No se trata de proyectos de desarrollo nacional, sino de enclaves extractivistas extranjeros, al mejor estilo colonial, favorecidos por los beneficios del RIGI. Lejos de traer progreso, profundizan la dependencia y la entrega. Proponen un esquema perverso: extraer nuestras materias primas estratégicas y no renovables para luego vendernos esos mismos recursos transformados en productos manufacturados. Una batería de celular o de auto eléctrico puede multiplicar entre 30 y 40 veces el valor original del cobre. Todo ello a cambio de migajas y contaminación. Parafraseando las palabras de Atahualpa Yupanqui: “La contaminación es para nosotros, los minerales son ajenos”.
Desde el PCR y el PTP hemos impulsado una amplia campaña de denuncia contra este proyecto de saqueo y contaminación, sosteniendo la necesidad de una minería nacional y estatal al servicio del pueblo y la Patria, y no de los grandes monopolios externos. Esto puede verse reflejado en el video “7 razones para decirle no al proyecto San Jorge”.
Mendoza es una de las últimas provincias que aún impedía la megaminería con uso de sustancias tóxicas. Para el gobierno y las corporaciones está en juego enormes ganancias: se estima que la empresa minera suiza-rusa recuperaría su “inversión” en apenas un año. Su explotación, además del saqueo, implica un grave riesgo de contaminación de la principal cuenca hídrica de la provincia, que abastece a tres de cada cuatro mendocinos.
Desde abajo se ha conformado un frente amplio, diverso y combativo que enfrenta en las calles esta avanzada entreguista y contaminadora. Participan intendentes, sectores de la Iglesia, asambleas por el agua y numerosas organizaciones populares. El gobierno apuesta al desgaste, la extorsión y la represión, pero la memoria de lucha del pueblo mendocino es profunda, y lo que está en juego también.
Vamos a una lucha prolongada que podrá triunfar si mantiene su carácter federal, multisectorial, popular y masivo. Desde el PCR/PTP sostenemos la necesidad de articular la lucha de la ciudad con las distintas localidades, impulsando todas las modalidades de lucha convenientes, buscando fortalecer las luchas en cada lugar con las múltiples organizaciones que hay en los territorios, sosteniendo las acciones en lugares de trabajo y estudio y planteando el pronunciamiento de sindicatos y múltiples organizaciones.
La lucha, lejos de estar derrotada, recién comienza. La gesta del agua crece desde abajo. Si la lucha es de todos, podemos pararlos. Como dice el cántico: “La cordillera qué linda está, y si la tocan, qué quilombo se va a armar.”

























































































