
Sobre la entrega de tierras a las comunidades mapuches

Hace unos días el gobierno nacional reconoció 21 mil has a las comunidades mapuches en el sur de Mendoza. La medida se sostuvo en un profundo estudio de las familias originarias que venían reclamando desde hace tiempo el reconocimiento de sus tierras ancestrales.
Cornejo, que tiene la capacidad de no confundirse en la defensa de los intereses oligárquicos, cuestionó la medida planteando que “perjudicaba al sur de la provincia”. Por una parte, no sólo niega los derechos históricos de las comunidades originarias, sino que ha impulsado el desalojo de las mismas. Por otra parte, Cornejo se altera cuando se hace el reconocimiento de tierras para los pueblos originarios, pero le parece sumamente “normal”, que se entreguen tierras a las grandes corporaciones extranjeras y privadas, como sucedió con las 12 mil has que se cedieron al grupo privado en Malargüe para un emprendimiento turístico, o el apoyo y colaboración al intento de Macri de entregar tierras en la Remonta que pertenecen al ejército para emprendimientos privados.
Está claro que como fiel representante de la oligarquía y de los capitales externos, Cornejo es un retrogrado que tiene la capacidad de nunca equivocarse de bando. Son muestras de las políticas que defiende y de los sectores a los que beneficia.
En una provincia donde el 5% de los propietarios, tiene el 93% de la tierra, el derecho a la tierra para vivir y trabajar, es una pelea fundamental. La lucha por la tierra es una pelea no sólo de las comunidades originarias, sino de los miles de productores que no acceden a la misma y de los cientos de miles de familias que encuentran profundos obstáculos para lograr tener un lote para concretar el sueño de la casa propia.





