
Las políticas de ajuste y entrega de Milei han agravado, como nunca antes, la situación política y social; millones han caído en la pobreza y la indigencia; se profundiza la crisis productiva ante el incremento de insumos y la apertura indiscriminada del comercio exterior; continuamente se intenta vulnerar y eliminar derechos históricos; se profundiza una política fascista que amenaza, persigue y reprime a luchadores populares y el gobierno intenta rematar al país entregando recursos y empresas estratégicas al capital externo. Cornejo por su parte no solo avala y sostiene esta política nacional, sino que avanza con los proyectos de megamineria saqueante y contaminante.
Sin embargo, millones enfrentan en las calles las distintas formas de ajuste y represión. Se han desarrollado luchas desde la base que, en momentos claves, lograron converger y golpear el corazón de la política gubernamental. Ejemplo de ello fueron los paros nacionales, la masiva marcha universitaria y, más recientemente, la movilización en respuesta a las declaraciones fascistas, racistas y patriarcales del presidente.
La estafa de las criptomonedas ha desnudado al gobierno y ha producido un cambio en el humor social. Muchos de los que votaron a Milei han comenzado a cuestionarlo al ubicar que la “casta” en definitiva son los de abajo. No obstante, persisten sectores populares que le otorgan tiempo con distintos argumentos. Mientras los sectores más reaccionarios si bien se mantienen activos, las fuerzas de Milei no han logrado ganar las calles.
Nos encontramos en un momento histórico de inflexión en el que se abren distintas perspectivas para el pueblo y la patria. Un profundo debate atraviesa la sociedad sobre cuál es la salida a esta crisis. En este escenario hacemos un llamado a las fuerzas políticas y sociales que venimos enfrentando este infierno mileista y luchamos por otro futuro, a unirnos y construir un gran frente a partir de los siguientes puntos que dejamos a consideración:
1. Unidad en las urnas y en las calles. La gravedad de la situación exige luchar por la más amplia unidad para enfrentar las políticas del gobierno. Anteponer mezquindades electorales solo favorece la división del campo popular. Es necesario construir un gran frente que no solo dispute en las urnas el rumbo del país, sino que también coordine las luchas sociales que hoy se encuentran dispersas. No hay ni habrá una solución real a la crisis a través de un camino electoral estrecho. Reducir la pelea a las urnas significa atar nuestra suerte a las reglas del enemigo. Una verdadera política de soberanía y transformación popular requiere de fuerzas políticas y sociales que la gesten y la sostengan frente a la embestida del poder oligárquico y de las potencias imperialistas. Este frente debe articularse tanto desde arriba como desde abajo, promoviendo la organización multisectorial y la acción en fábricas, fincas, barrios y lugares de estudio.
2. Unidad programática y autocritica. Si bien el ascenso de Milei fue impulsado por los monopolios y grandes medios de comunicación, las vacilaciones del gobierno de Fernández y las políticas que descargaban la crisis abajo y otorgaban concesiones a los grupos de poder, fueron generando un caldo de cultivo para esta reacción. Muchas fuerzas populares y antiimperialistas, conscientes del peligro de la derecha fascista enfrentamos esas políticas vacilantes y antipopulares. En Mendoza, a UP le faltó firmeza en su rol opositor a Cornejo (fondos de Portezuelo, presupuesto, por ej.) y en impulsar una coordinación de los sectores sociales en lucha. Hoy, más que nunca, es imprescindible una unidad basada en un programa claro, que no se estructure en torno a figuras, sino en torno a propuestas y medidas concretas para salir de esta profunda crisis. Desde nuestra perspectiva, no hay salida sin investigar y suspender el pago de la fraudulenta deuda externa, sin una reforma impositiva que grave las grandes fortunas y sin medidas soberanas que impulsen la producción nacional y nacionalicen sus sectores estratégicos. Asimismo, es fundamental un posicionamiento claro contra la megaminería controlada por los monopolios extranjeros, que solo deja saqueo y contaminación en nuestros territorios.
3. Un frente equitativo y democrático. Un frente que respete las correlaciones de fuerza pero que busque integrar y hacer protagonistas a las organizaciones y sectores que vienen enfrentando desde abajo estas políticas fascistas. Un frente con instancias democráticas de debate sobre las acciones, propuestas y candidaturas.
PTP – PCR Mendoza – 5/3/2025























