
A fines del siglo XIX en pleno poder oligárquico los patrones de estancia, eran los dueños y señores de sus territorios y actuaban como gobierno, justicia y policía. Sus “empleados” estaban sometidos a múltiples formas de coerción, no sólo desde el punto de vista económico, sino sometidos a la voluntad de un “señor”, que en definitiva eran los dueños de sus vidas.
El relativo poder conquistado en las elecciones pasadas, el control provisorio de las cámaras legislativas, han generado para el gobernador la noción de que su voluntad tiene que aplicarse sin objeciones, presentándose como el “ordenador” ante el descalabro del gobierno anterior. Al igual que el cuco para los niños, Cornejo invoca el desastre kirchnerista para hacer pasar sus medidas y ganar tiempo. Sin embargo ambos gobiernos continúan esenciales políticas en común: favorecer a ciertos grupos monopólicos a costa de ajustar en una forma u otra al pueblo.
En la “estancia” de Cornejo los que desobedecen o se atreven a criticarlo son castigados, así los trabajadores estatales que reclamaron un salario acorde a la inflación fueron responsabilizados de la situación de la educación, de la salud y fueron maltratados con el ítem aula y extorsionados con aumentos miserables. Las paritarias estatales están siendo socavadas y reducidas a la decisión de una de las partes en donde o se acepta la propuesta o se aplica el decreto eliminando algunos supuestos beneficios.
Este fin de semana ha quedado sintetizada la política del gobierno. A las bodegas extranjeras que reclamaban mayor rentabilidad, se les ha otorgado la ampliación de créditos y se estudia la reducción de retenciones por exportación, mientras vuelve a decretar un aumento del 17% en dos cuotas (anualizado 13,5%) para los docentes. Para algunos beneficios, para otros ajuste.
Paola Vignoni que “osó” cuestionar el operativo aprender fue despedida sin oportunidad de defensa. Recientemente los trabajadores de vendimia, solicitaron mejoras de seguridad y garantías ante la caída de una parrilla lumínica que pudo haber matado a varios artistas y la respuesta del gobierno fue desresponsabilizarse del hecho (como si las condiciones de seguridad dependieran de un tercero) y exigir a los actores, bailarines y músicos que el show debía continuar a toda costa, incluso el de la propia vida. El gobernador tildó a los manifestantes del carrusel como “minorías intolerantes” y a los artistas que protestaron como “grupo reducido y politizado”.
El gobierno de Cornejo parece no haberse dado cuenta que las protestas de la clase obrera, de los campesinos, estudiantes, durante más de un siglo conquistaron derechos políticos y sociales y terminaron centralmente con las relaciones de servidumbre. Esta semana hay importantes jornadas de protesta (paro de los trabajadores de la educación, marcha CGT, Paro por el día internacional de la mujer trabajadora), el gobernador tiene que saber que cuando se promueve el autoritarismo y el ajuste, brota y se acumula la protesta de los que parecen callados e indiferentes.
06/03/17
Facundo Guerra – Para PTP Mendoza


