El estado compra acciones en IMPSA: ¿Qué proyectos energéticos y de obra hídrica hacen falta en la provincia?

El estado compra acciones en IMPSA. Atención regantes y pueblos del interior. Son dos sectores estratégicos de la obra pública donde esta empresa juega un rol fundamental: en la generación de energía, y en la ampliación de la frontera agrícola. Y el debate que se viene es poder transparentar el verdadero costo de la obra pública en la Argentina. Este debate tiene una necesidad que urge, terminar con los grises de licitaciones millonarias, pagadas varias veces, y con ritmos de construcción a cuentagotas. Hay muchos proyectos de construcción de diques que esperan desde hace décadas por lo caro que es hacer una obra de este tipo que cotiza en dólares. Tener una empresa estatal debería ser para pagar las obras al costo real, sin negociados de ningún tipo, ni como caja chica de ningún partido, ni como bolsa negra de ningún empresario. Si alguien me pregunta por renombrar la empresa yo le diría: Agua y Energías Limpias para la Ampliación de los Oasis Mendocinos. Pescarmona, antes de ser la gran fabricante de turbinas hidroeléctricas fue constructora de compuertas para riego. Esas dos potencialidades hacen de esta empresa una joya para el desarrollo provincial y nacional. Por supuesto que hay que esquivar el debate en abstracto que están planteando los liberales que demonizan toda intervención del estado que exceda el cuidado de las ganancias empresariales. Desde ya que según la política que se defina será si este buen comienzo de compra estatal de una porción de la empresa se dirige a dar felicidad a nuestro pueblo, o termina siendo una experiencia frustrada como ha pasado en algunas ocasiones, o en el peor de los casos termina siendo el estado bobo poniendo plata para que algunos grupos privados hagan sus negociados. Por eso, además de opinar sobre quién debe ser el dueño de la empresa, propongo opinar sobre qué proyectos energéticos y de obra hídrica hacen falta en la provincia para generar puestos de trabajo productivo: el aprovechamiento del rio Tunuyan con Los Blancos por ejemplo; proyectos de energías limpias para reducir la generación de electricidad a combustión de gas oil. También hay que proponer organismos de dirección y control de la empresa que involucren a los pueblos que necesitan las obras, con representantes de las Cuencas hidrográficas de la provincia, con representantes de los trabajadores metalúrgicos, y también de las pymes metalmecánicas de la provincia. Eso sería posible si el Estado hace valer todos sus créditos, los del Banco Nación, los del BICE, y los del BID. Recuerdo una anécdota atribuida a Enrique Pescarmona, cuando se quejaba de que grupos vinculados al gobierno se querían quedar con la empresa mientras la ahogaban negándole licitaciones, que eran todas adjudicadas a empresas chinas. En eso el empresario tiene que ser escuchado, y que diga todo lo que sabe ante la justicia. Pero también la justicia debiera preguntarle si pagó los 89 millones de dólares que pidió prestado y luego el Estado estatizó de la mano de Domingo Cavallo. O si pagó todas las “ayudas” cuando el Estado le pagaba parte de los sueldos a los empleados. La pandemia nos ha dejado un agujero emocional, social y económico. Ojalá este camino abierto sea para la reconstrucción de Mendoza y el país, con una Impsa como palanca del desarrollo ayudando a generar nuevos puestos de trabajo y riquezas en la provincia.

Escribe: Nicolás Guillén- Sociólogo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *