
El avance del virus es preocupante, en dos semanas pasamos de menos de 200 casos diarios de contagios a más de mil, superando los niveles de contagios del año pasado. Vuelve a saturarse el sistema sanitario y a ser preocupante la disponibilidad de camas de internación. Desbordan las colas de testeos y se han conocido casos de enfermos que no consiguieron camas de internación.
A pesar de los esfuerzos las vacunas conseguidas por el país son muy pocas, lo que demuestra la necesidad de avanzar en políticas de soberanía nacional en este terreno. Hay un gran debate sobre las medidas necesarias para enfrentar la nueva ola, ¿restricciones si o restricciones no?, ¿economía o salud?, ¿responsabilidad individual o política de estado?¿medidas aisladas o plan integral?
Ante esta situación y en medio de este debate, ¿por qué el gobernador no realizó inversiones importantes para fortalecer el sistema sanitario? ¿por qué solo se han aplicado 200 mil vacunas de las 300 mil recibidas, siendo una de las provincias con menor porcentaje de vacunación?¿por qué mientras desborda el transporte público no se implementan nuevas frecuencias que eviten que el mismo sea un caldero de contagios?¿por qué mientras se sostiene la necesidad de la presencialidad educativa, no se pusieron las escuelas en condiciones?¿cuánto más soportará el sistema sanitario sin medidas de fondo?
Parecería que la única preocupación del gobernador es que no haya restricciones para que la “economía” siga funcionando a cualquier costo y que la responsabilidad de enfrentar el virus sea sólo un problema de conducta individual.
Suárez contrapone salud y economía como si se pudiera vivir sin trabajo o trabajar sin salud. Lo que no dice es que no está pensando en la “economía” de los trabajadores, desocupados, monotributistas y pequeños y medianos productores, comerciantes y empresarios; a los que no les destina ayuda concreta para enfrentar las consecuencias de la pandemia. En lo que piensa es en mantener y “ayudar” la actividad de los grandes ganadores de la economía provincial: grandes bodegas, supermercados, monopolios petroleros, bancos, etc.
Estas medidas corresponden con el posicionamiento político del gobernador, que es parte del espacio (liderado por Macri/Cornejo) que planteó que las vacunas eran veneno, que se opusieron al impuesto a las riquezas que está destinado a enfrentar la pandemia, que organizaron marchas anticuarentana y colgaron bolsas de cadáveres en Plaza de Mayo.
Esta es la diferencia que se evidencia entre el gobierno nacional y provincial, mientras uno se preparó y adoptó medidas, que aunque insuficientes, permitieron evitar el colapso del sistema sanitario; otro pareciera que solo se está preocupado en las campañas mediáticas.
Más que nunca es necesario adoptar una política diametralmente opuesta a la actual, un plan integral que ponga el centro en enfrentar esta pandemia, que adopte medidas de emergencia para fortalecer el sistema sanitario, ayude a mantener puestos de trabajo y sostener a la pequeña y mediana producción y que aborde el gigantesco drama social que se ha agudizado con la pandemia.
Es necesario avanzar en la unidad y la lucha para enfrentar la política que descarga la crisis sobre el pueblo y que plantea que la misma la paguen sus verdaderos responsables. A la par de exigir que el gobernador convoque a un comité de emergencia provincial, unir desde abajo los distintos reclamos que surgen como los realizados por los trabajadores de la salud y educación, la campaña contra la violencia a las mujeres, la jornada de tierra-techo y trabajo, y el gigantesco paro de los trabajadores vitivinícolas.
PTP de Mendoza en el Frente de Todos – PCR Mendoza

