Durante el fin de semana santa, cientos de trabajadores de las cosechas en Mendoza estuvieron varados en la terminal de micros a la espera de ser trasladados a sus provincias (Salta y Jujuy fundamentalmente). El grupo no siempre fue el mismo: algunos conseguían irse, otros esperaban, otros recién llegaban de las cosechas. Algunos pasaron tres noches durmiendo en el piso con niños. Desde el primer día la Corriente Clasista y Combativa estuvo asistiendo con ollas populares a los cosechadores y Liberpueblo gestionando junto a la red de derechos humanos que se garanticen los derechos de todas las personas varadas que se encontraban abandonadas por el gobierno de Mendoza y el de sus provincias de origen. Las organizaciones sociales visibilizaron y nacionalizaron el conflicto para que el Ministerio de Interior interviniera y se destrabara el problema con las autorizaciones. Mas de 600 trabajadores pudieron partir a sus pueblos en el NOA. El conflicto desnudó la explotación de los grupos concentradores par con las familias cosechadoras "golondrinas" y la connivencia de los gobiernos. La aglomeración de personas en la terminal puso en riesgo sanitario a miles de personas que transitan la terminal día a día por la ineptitud y la falta de un plan de contingencia por parte de las autoridades del gobierno de Mendoza.





